El agua puede parecer un medio seguro para el cuerpo, pero para los deportistas acuáticos, el hombro es una de las articulaciones más vulnerables a la lesión. Nadadores, jugadores de waterpolo, surfistas y otros atletas que dependen de los brazos para propulsarse en el agua están expuestos a un desgaste continuo que, con el tiempo, puede derivar en problemas crónicos.
El hombro, por su propia anatomía, es una articulación con una movilidad excepcional, pero esa misma movilidad lo hace más propenso a la inestabilidad y la sobrecarga. Si se combina un alto volumen de entrenamiento con una técnica inadecuada o una preparación física insuficiente, el resultado puede ser una lesión que limite el rendimiento y genere dolor persistente.
¿Por qué los deportistas acuáticos sufren tantas lesiones de hombro?
El hombro de un nadador o jugador de waterpolo soporta cientos, e incluso miles, de movimientos repetitivos cada día. En el caso de la natación, cada brazada implica una combinación de flexión, abducción y rotación del hombro, lo que genera una carga importante sobre los tendones y músculos de la articulación.
En deportes como el waterpolo, la situación es aún más exigente, ya que los lanzamientos, pases y bloqueos requieren fuerza explosiva y movimientos de alta velocidad que pueden aumentar la probabilidad de lesión.
Algunas de las razones más comunes por las que los deportistas acuáticos desarrollan lesiones de hombro incluyen:
- Sobrecarga repetitiva: el uso excesivo de la articulación, sin suficiente tiempo de recuperación, puede provocar microlesiones en los tendones y músculos.
- Debilidad o desbalance muscular: si los músculos estabilizadores del hombro no están suficientemente fortalecidos, la articulación sufre un mayor estrés.
- Mala técnica: una biomecánica incorrecta al nadar, lanzar o realizar movimientos específicos puede aumentar la tensión en los tejidos del hombro.
- Movilidad excesiva: muchos nadadores tienen una gran laxitud articular, lo que facilita el movimiento en el agua, pero también puede hacer que el hombro sea más inestable y susceptible a la lesión.
- Falta de control neuromuscular: si los músculos no trabajan de forma coordinada para estabilizar la articulación, el riesgo de lesiones como la tendinopatía del manguito rotador aumenta significativamente.
Lesiones más comunes en el hombro de los deportistas acuáticos
Las lesiones de hombro en deportes acuáticos pueden variar desde molestias leves hasta problemas más graves que requieren largos períodos de rehabilitación. Algunas de las más frecuentes incluyen:
1. Tendinopatía del manguito rotador
Los tendones del manguito rotador (un conjunto de músculos que estabilizan el hombro) pueden inflamarse o deteriorarse debido al uso repetitivo. Esto se traduce en dolor al levantar el brazo, debilidad y dificultad para realizar ciertos movimientos.
2. Pinzamiento subacromial
En nadadores, el espacio entre la cabeza del húmero y el acromion se reduce con cada brazada, lo que puede provocar un pinzamiento del tendón del supraespinoso o la bursa subacromial. Esto genera dolor en la parte superior del hombro y molestias al mover el brazo hacia arriba o hacia atrás.
3. Inestabilidad del hombro
La laxitud articular puede hacer que la cabeza del húmero se desplace más de lo normal dentro de la cavidad glenoidea, aumentando el riesgo de subluxaciones y luxaciones. Esto es común en nadadores y jugadores de waterpolo con hipermovilidad.
4. Lesiones labrales (SLAP lesion)
El labrum es un cartílago que ayuda a estabilizar el hombro. Movimientos repetitivos como los lanzamientos en waterpolo pueden generar desgarros en esta estructura, provocando dolor profundo en la articulación y sensación de inestabilidad.
5. Bursitis del hombro
La inflamación de la bursa subacromial puede causar dolor, especialmente al nadar o realizar movimientos por encima de la cabeza. Suele estar relacionada con el pinzamiento subacromial o la tendinopatía del manguito rotador.
¿Cómo prevenir las lesiones de hombro en deportistas acuáticos?
Prevenir una lesión es mucho más efectivo que tratarla. Para reducir el riesgo de sufrir problemas en el hombro, es fundamental trabajar en varios aspectos clave.
1. Fortalecer los músculos estabilizadores
Los músculos del manguito rotador y la escápula son esenciales para la estabilidad del hombro. Ejercicios específicos con bandas elásticas o pesas ligeras pueden ayudar a mejorar su función y evitar sobrecargas.
Un buen ejercicio es la rotación externa con banda elástica:
- Sujeta la banda con una mano y mantenla a la altura del codo.
- Mantén el codo pegado al cuerpo y rota el brazo hacia afuera de forma controlada.
- Realiza 3 series de 12 repeticiones por lado.
2. Corregir la técnica de nado o lanzamiento
Muchos problemas de hombro se deben a una técnica ineficiente. Trabajar con un entrenador para ajustar la mecánica del movimiento puede reducir la carga innecesaria en la articulación.
En natación, es importante evitar cruzar la línea media del cuerpo con la mano al entrar en el agua, ya que esto puede aumentar la tensión en el manguito rotador.
3. Equilibrar la movilidad y la estabilidad
Si bien la movilidad del hombro es esencial en los deportes acuáticos, también es importante mantener un nivel adecuado de estabilidad. Incluir ejercicios de propiocepción y estabilidad escapular puede mejorar el control del movimiento y reducir el riesgo de lesiones.
4. Asegurar una adecuada recuperación y descanso
El sobreuso es una de las principales causas de lesión. Respetar los períodos de descanso, alternar la intensidad del entrenamiento y no ignorar las primeras señales de dolor pueden evitar problemas a largo plazo.
5. Mantener un buen equilibrio muscular en todo el cuerpo
El hombro no trabaja solo. La fuerza en el core, la movilidad de la columna torácica y la estabilidad de la cadera también influyen en la biomecánica del brazo en deportes acuáticos. Un programa de fortalecimiento global ayuda a distribuir mejor las cargas y reducir el estrés en los hombros.
Las lesiones de hombro en deportistas acuáticos son comunes, pero no inevitables. Con una combinación de fortalecimiento específico, corrección de la técnica y una adecuada gestión de la carga de entrenamiento, es posible mantener los hombros sanos y funcionales durante años.
Si eres nadador, jugador de waterpolo o practicas cualquier otro deporte acuático y notas molestias en el hombro, no las ignores. Un tratamiento temprano y un programa de prevención adecuado pueden marcar la diferencia entre una recuperación rápida y un problema crónico.
Acudir a un fisioterapeuta especializado te ayudará a identificar los factores de riesgo específicos en tu caso y a diseñar una estrategia personalizada para mejorar la fuerza, la estabilidad y la movilidad del hombro.
Cuidar la salud del hombro no solo evita lesiones, sino que también mejora el rendimiento en el agua, permitiéndote entrenar con más confianza y sin limitaciones.